Se trata de la decoración que tiene como propósito generar emociones positivas, a través de un hogar más cómodo, seguro y personal.
Seguro si miras a tu alrededor, haya muchas cosas del diseño de tu hogar que cambiarías sin pensarlo, pero no solo porque hayan pasado de moda, quizas hayan perdido su valor sentimental o, simplemente, ya no te gusten, sino porque encontras en alguno un obstáculo hacia tu bienestar.
Es cuestión de preguntarte cómo queres sentirte en tu casa
Es crear ambientes en los que puedas sentirte bien con vos y con quienes te rodean.Muchas veces dejamos de hacer algo porque «no es el momento» y, la verdad es que, el mejor momento siempre es ahora.
No todo tiene que tener una historia especial. Hay piezas que te gustan y punto. Piezas que te inspiran, con las que conectas o que te han regalado y para vos son necesarias mas alla que no encajen con tu estilo, no te importa sacrificar el resultado estético porque cuando las miras o las usas te hacen sentir bien.
En resumen se trata de decorar tu casa con elementos que a corto plazo no dejen de gustarte o te incomoden. Conseguir que todo forme un conjunto armonioso
Convertir tu casa en un hogar que te recuerde quién eres, dónde estás, qué quieres y hacia dónde vas.
Cuando voy a crear espacios, no sólo me fijo en lo visual. Me interesa mucho más lo sensorial, enfocarlo desde el contexto humano, la perspectiva primigenia, lo que te conmueve. Ilse Crawford.
La psicología del color es real y prácticas como la cromoterapia son la prueba de ello. Nuestras preferencias en términos de color dicen mucho de las emociones que preferimos sentir. Los adoradores de las distintas tonalidades de azul de seguro prefieren sentirse reposados y serenos, mientras que los fanáticos del amarillo, seguramente se sientan mejor en situaciones más activas. La emoción preferida varía de ambiente a ambiente y elegir el color adecuado para cada espacio es otra forma de sacarle el mayor partido posible a la decoración emocional. Las emociones más positivas en lugares de descanso como los dormitorios, no serán las mismas que preferiríamos en la cocina, por ejemplo.
Los estilos decorativos que más nos gustan pueden darnos más pistas en esta viaje para descubrir cómo imprimirle nuestra personalidad a la decoración, disfrutando así de las emociones, sentimientos y sensaciones que queremos que nuestros espacios nos transmitan. Ya sea porque nos seduce el estilo escandinavo, o el moderno, sentimos una fascinación casi hipnótica por los ambientes rústicos o industriales o nos sentimos más seguros en espacios de corte clásico, todo esto habla más que nada de quiénes somos. Cada estilo tiene ciertas cualidades y sentirnos atraídos por ellas es muy revelador.
Si aún no sabemos cómo empezar a decorar nuestros estilos de una forma más personal y emocional, existen varias ideas y consejos que te pude ayudar.
En primer lugar, es importante pasar algún tiempo en los ambientes , respirar hondo, relajarnos y tratar de percibir qué nos transmiten así como están.
¿te gusta o no lo que sentis?
Partiendo de allí decidiremos si queremos sacar una fea sensación o potenciar una agradable. Después, y basándonos en las emociones que queremos que cada ambiente nos transmita tendremos que decidir qué colores y estilos nos gustan más. Además, vale la pena hacer un inventario de todos esos muebles y objetos que nos traen recuerdos que queremos conservar independientemente de su valor estético. Por último, hay que recordar que la decoración emocional es un proceso constante, orgánico. Cada espacio evolucionará con nosotros y estos cambios nos permitirán sentirnos bien con nosotros y en nuestra propia casa, sin importar lo que suceda fuera de ellas.
Patry
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